junio 25, 2010

LA TRISTEZA Y SU OPUESTO

La tristeza (y su opuesto, la alegría)  es un tema que tiene mucha importancia en la vida psicológica y espiritual. También se puede decir que la tristeza es la ausencia de la alegría...
Todos sabemos que cuando uno sufre, de poco sirve decirle que hasta la pérdida más dolorosa es una vivencia que madura el alma. Sin embargo, cuando uno recuerda que puede observar su dolor y comprender que éste es pasajero porque se trata tan sólo de la otra cara de la moneda, la tensión afloja y asoma un rayo de esperanza. Uno sabe que si acepta lo que duele, si acepta que el dolor forme parte del gran juego, sucederá que la tormenta se apacigua y uno se libera. Cuando sufrimos un desgarro por la pérdida nos tornamos más sensibles al tiempo que disolvemos formas ilusorias. Más tarde, sentimos el corazón expandido y miramos la vida con otros lentes.


El dolor es transitorio, siempre pasó de largo dejándonos el pecho sin corazas. En realidad, el dolor es un “cohete” hacia el Espíritu que abre nuestra sensibilidad y revela el sentido último de la existencia. El dolor prepara silencioso el estallido del amor escondido que uno guarda.


Si hay dolor, aceptémoslo y recordemos que no hay errores, ni castigos, ni siquiera culpas, tan sólo aprendizajes y crecimientos del alma. En el fondo, y mientras su influencia pasa, uno resiste afirmado en sus valores, y desde ahí, siempre gana. No hay culpables, tan sólo conductas y programas. No pensemos que el Universo es un lugar diseñado para sufrir en nombre de las pérdidas. Tenemos derecho a ser felices y, si el dolor llama a la puerta y ocupa temporalmente la morada, tengamos en cuenta que la Vida florecerá exquisita en lo más hondo de nuestra esencia.

Tal vez en plena confusión, uno no se da cuenta de lo que realmente pasa. Sin embargo, sabemos muy dentro, que tras la película dolorosa viene algo maravilloso que sentimos merecer por el simple hecho de darnos cuenta. Se trata de un milagro que se acerca veloz a nuestras vidas pero, ahora, de forma diferente y renovada. No se trata de “más de lo mismo” y, sin embargo, es justo aquello que nuestro Ser Interno, aunque no lo creamos, anhela y demanda. Confiemos. Dejémonos fluir y resbalar por las cascadas de la vida cotidiana. En realidad, mientras aceptamos, sabemos que ya llegan goces más profundos que abrazan nuestro pecho y hacen vibrar a nuestra alma.


El Antagonismo puede ser una profunda experiencia a de aprendizaje cuando nos lleva a comprender que las diferencias no tienen que producir rupturas. En realidad, todas las fuerzas aparentemente opuestas resaltan las cualidades únicas, los puntos fuertes así como los débiles de cada uno. Generalmente, definimos la tristeza como lo opuesto a la alegría, la oscuridad como lo opuesto a la luz, la muerte como lo opuesto a la vida. Pero desde una perspectiva más amplia, estas cualidades son los dos lados de una misma moneda, aspectos duales de la totalidad. De hecho, se sirven la una a la otra, dando variedad a la vida y creando una belleza que sobrepasa con mucho las limitaciones impuestas por los modos de pensar rígidos.


Se dice que todo tiene su momento y su espacio, todo propósito y toda persona viviente. Todo lo que es, desempeña un papel integral en el conjunto general de la existencia. Cada ser, cada hoja de hierba, cada montaña o estrella es individual, único e independiente, y, no obstante, de alguna manera está misteriosamente interrelacionado con todo lo demás. Tan sólo la mente humana crea la ilusión de la separación y el antagonismo.

Cuando nos encontramos en una disposición mental contraria a las opiniones de otra persona, ambas partes necesitan dar marcha atrás y observar la discusión desde una cierta distancia para tener una perspectiva más amplia. Esto entibia el acaloramiento de las actitudes defensivas y crea espacio suficiente para que cada persona empiece a comprender el punto de vista de la otra. Darse cabezazos no sólo es agotador... produce todo tipo de dolores de cabeza y complicaciones innecesarias. Cortar totalmente con alguien porque es diferente o porque no estamos acuerdo con sus opiniones simplemente cierra las puertas de la cooperación que podría llevar a nuevos entendimientos y culminar en un gran avance. En cuanto tachamos a la otra persona de «imposible», estamos engañando a todo el mundo, especialmente a nosotros mismos. Excluir lo difícil nunca es una solución, porque impide la comprensión verdadera de los desafíos que hay que afrontar, y simplemente prolonga la discordia.

La manera inteligente de enfocar el antagonismo es, primero, delimitar un terreno neutral y, luego, confluir en él. Puede que resulte difícil hacerlo, pero si perseveramos, merecerá totalmente la alegría, y puede traer consigo beneficios inesperados.

No importa lo intolerable que pueda ser la situación, nada es imposible una vez que todas las partes están genuinamente dispuestas a dar una oportunidad a la paz. Las dificultades en la comunicación siempre se pueden superar si existe un deseo sincero de conseguir la armonía. Puede que lleve su tiempo restaurar el equilibrio, pero confiar en que eso es posible y esforzarse por conseguir ese objetivo hará que la unión entre sea posible, más profunda y más fuerte.

Si se pueden exteriorizar las diferencias en una atmósfera de respeto, en la que cada individuo tenga mucho espacio para expresar sus pensamientos y sus quejas sin miedo a que lo juzguen o a que se tomen represalias, la situación mejorará para todos.

Por último, no tomarte a ti mismo o tus opiniones tan en serio contribuirán a disipar la dureza de nuestro modo de pensar y, al mismo tiempo, creará más espacio para la confianza. Un poco de sentido del humor también ayuda, porque aligera la pesadez de un ambiente, creada por el escepticismo y la inhibición.